Después de una espléndida victoria marítima, Lord Nelson confrontó al Almirante francés que se rendía. El Almirante, vestido en toda su pompa militar, se acercó a Nelson a rendirse. Con su espada colgada a su lado, el Almirante extendió su mano al Comandante británico. Lord Nelson retrocedió un paso y demandó: “Su espada primero.”

Existen muchas personas que piensan que pueden ir al Señor Jesucristo y darle un saludo afectuoso. Mas el Señor demanda: “Tu espada primero.” ¡Ríndase primero! Jesús no es un apaciguador y Él nunca hará tregua con el pecado. ¡Nunca! Tenemos que abdicar el trono. Tenemos que rendirnos.